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Ante las complicaciones para producir en el campo, ya por la falta de mano de obra, bajos precios en el mercado, así como el agotamiento de las tierras, aunado a la cada vez mayor ampliación de la mancha urbana, la hidroponía y la siembra bajo el esquema de invernadero, son las opciones que hoy se tienen para continuar con la generación de productos que atiendan una de las necesidades básicas de la población y es el alimenticio.
No sólo tiene ventajas económicas sino también de salud, ya que después de las cosechas se pueden ofertar productos que se produjeron a bajo costo y de alta calidad, dos elementos que hacen a esta actividad altamente competitiva.
Asimismo, se cubren las necesidades de nutrientes de un producto vegetal de buena calidad, y no sólo de presentación, que no serán regados con aguas negras como tampoco, abonos que dañan la salud humana y de los suelos. Tampoco hay desperdicio de agua; en sí, es una técnica que basa su desarrollo en el aprovechamiento adecuado de todos los insumos que se aplican, reduciendo costos y de calidad.